El objetivo que puso en marcha la expertiz del equipo multidisciplinario, entre ellos oncólogo, hepatólogo y radiólogo, del Hospital Regional Libertador Bernardo O´Higgins (HRLBO), se centró en mejorar la calidad de vida de una paciente oncológica de 63 años, cuyo tumor en su hígado era quimiorresistente, es decir, que respondió escasa o nulamente a la quimioterapia, por lo que requería avanzar inminentemente hacia una embolización hepática, para su sobrevida.

“Es primera vez que realizamos este procedimiento endovascular para tratar un tumor de este tipo en el HRLBO, el primero en un hospital público a nivel regional”, expresó el médico radiólogo intervencionista, Dr. Sugel Halaoui, “se trata de un tratamiento que se practica a pacientes que han desarrollado un cáncer hepático por hígado cirrótico, principalmente vinculado a hepatitis C, cuyos tumores o hepatocarcinomas, que se desarrollan al interior del hígado, tienen la particularidad de estar provistos de una amplia irrigación, exclusivamente arterial”, continuó.

Con lo anterior Halaoui precisó, “es un método que puede eventualmente ser puente para un trasplante hepático, que necesariamente requiere que el enfermo no presente metástasis”. En esa línea, el radiólogo del HRLBO relevó, “antes, los pacientes con hepatocarcinomas eran tratados con quimioterapias sistémicas o bien catalogados como pacientes terminales que se escapaban a la ventana terapéutica. Se sometían a quimioterapias sin éxito, con consecuencias como el deterioro de piel, tejidos cerebrales, cabello, entre otros efectos y una proyección de sobrevida baja. Hoy, con la práctica de este procedimiento, tenemos la oportunidad de aportar, con una técnica mínimamente invasiva, a extender y mejorar la vida de estos enfermos”.

¿De qué se trata la embolización hepática?

Sobre el procedimiento, el profesional del Hospital Regional describió, “consiste en abordar la vasculatura arterial del organismo a través de un catéter que ingresa al acceso venoso femoral, luego selecciona la arteria que irriga varias estructuras y sobre ella, accede a la arteria hepática común, trascendiendo seguidamente a las arterias que irrigan la lesión o hepatocarcinoma, para posicionarse correctamente e inyectar un material embolizante hacia el tumor para infartarlo, necrosarlo, reducir su tamaño y su consumo metabólico, hasta eliminar su vitalidad”.

¿Es una intervención de resolución definitiva?

Halaoui explicó que “es un camino paralelo a la quimioterapia, con mejor pronóstico. Sin embargo, como todo tumor, al verse atacado puede solicitar más arterias para continuar su irrigación. Pero observado ello con posterioridad al procedimiento endovascular, podemos intervenir nuevamente, cortando la oxigenación de las arterias que están irrigando hasta causar la muerte del tumor”.

Por su parte, la enfermera coordinadora de la unidad de Hemodinamia Dalila Martínez, parte del equipo que ejecutó este primer hito en el hospital de Rancagua, reforzó, “la embolización hepática no es una operación, pero requiere sedación, por lo que, en este caso, nuestra primera paciente debió ser hospitalizada, sometida a exámenes antes del procedimiento endovascular, el que se extendió por tres horas y que implicó que fuera monitoreada de regreso en el Servicio de Medicina durante las siguientes 72 horas, hasta recibir su alta médica, con las indicaciones correspondientes”.

Los profesionales del Hospital Regional, coincidieron finalmente en sostener que, con este método, no solo se abrirá una oportunidad de sobrevida para los pacientes con hepatocarcinomas, sino que también podrán intervenir afecciones renales, embolia pulmonar, cáncer de colon, al ser menos riesgoso que una cirugía tradicional, advirtiendo ambos que “como proceso quirúrgico marcará sin dudas, el futuro de la medicina en este ámbito”.